Y sí, al fin me había decidido. Ya era hora de sentar cabeza y formar un hogar. Ya casi se llegaba el sábado, el gran día. No contaba con que mis amigotes ya estaban organizando mi despedida de soltero.
Farra total.
Les salió mal... O bueno a medias. No me casé. Sí me despedí. Me fui con la putica que habían contratado para esa noche.
Aún vivo con ella, sin necesidad de ninguna bendición.
Jajaja que buena esa... al final te quedaste con la chica de la despedida de soltero, todo un crack.
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