- Amor ¿por qué sólo escribes de noche?, preguntó la mujer de turno.
- Porque de noche es que vienen los demonios y se me meten, vienen muchos fantasmas a recordarme cosas y esa inmensas ganas de matar con mis letras se intensifica. Además es en la noche cuando brilla la oscuridad que necesito para escribir, le dije mientras tecleaba.
- Ah, dijo un tanto asustada.
Eran las tres de la mañana. Media hora después huía de mi casa (como todas) con su maletica a la espalda.
- ¡Chao cierra bien la puerta! le grite desde el estudio, ya acostumbrado a estos abandonos, sin despegarme del teclado ni de la historia que estaba inventando.