martes, 22 de junio de 2010

INTOXICADO DE TRISTEZA

Estoy intoxicado de tristeza,

Y no es el alcohol, es tu ausencia

Que me parte el alma, y mi corazón sin coraza

A pesar de su doble resistencia.



Estoy intoxicado de tu amor

Y eso me gusta, y no lo niego

No amarte sería lo peor

Y asumo mi propio riesgo.



Estoy intoxicado de tus besos

Si no los tengo, me pregunto

Y eso?



Nos amamos, y lo sabes bien

Estamos juntos, tu y yo

Y si no con quién?

lunes, 14 de junio de 2010

TARDE DE LLUVIA, OYENDO A CORTÁZAR

Nada mejor que oír esa voz afrancesada, esas palabras,
en esta solitaria tarde porteña, gris, casi negra,
sintiendo el caer rítmico de las gotas,
a la espera de la frialdad de esa primera roca de granizo.

Nada como el frío que me da tu ausencia,
que detiene el ritmo del corazón que te ama,
que se vuelve piedra, piedra congelada,
cubierta de escarcha, que sólo derrite tu mirada clara.

Con vos el verano se extiende por meses
y la primavera se hace cotidiana
el gris desvanece, el negro no existe
y el calor del cuerpo se hace permanente.

Las únicas gotas, son las que sudamos
que caen de nosotros cuando nos amamos
el agua nos cubre, igual que el amor
en nuestra duchita, que es sólo pa dos.



APLASTAMIENTO DE LAS GOTAS (CORTÁZAR)

Yo no sé, mira, es terrible cómo llueve. Llueve todo el tiempo, afuera tupido y gris, aquí contra el balcón con goterones cuajados y duros, que hacen plaf y se aplastan como bofetadas uno detrás de otro, qué hastío. Ahora aparece una gotita en lo alto del marco de la ventana; se queda temblequeando contra el cielo que la triza en mil brillos apagados, va creciendo y se tambalea, ya va a caer y no se cae, todavía no se cae. Está prendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que se agarra con los dientes, mientras le crece la barriga; ya es una gotaza que cuelga majestuosa, y de pronto zup, ahí va, plaf, deshecha, nada, una viscosidad en el mármol.

Pero las hay que se suicidan y se entregan enseguida, brotan en el marco y ahí mismo se tiran; me parece ver la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse. Tristes gotas, redondas inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós.